
Los anuncios de baja de retenciones fraguado y negociado entre gallos y medianoche por las ocho cerealeras exportadoras, básicamente aquellas empresas de «crushing» que exportan aceite y harina de soja terminaron en nuevo negociado de prebendas a cambio de unos míseros dólares para un gobierno que necesita toneladas de dólares.
Luego de los anuncios y la baja de 33% a 30% de la retenciones al poroto de soja por un mes (sólo Octubre 2020), no se espera ninguna venta adicional del sector productor. En el caso de los exportadores, es posible que compensen al gobierno con alguna liquidación de dólares de corto plazo a cambio de un gran beneficio de largo plazo: el diferencial de aranceles entre la exportación de poroto de soja y los productos procesados: aceite y harina de soja.
A un gobierno ahogado, la liquidación adicional de las cerealeras de 2.000-3.000 millones de dólares le puede dar un airecito. Pero que va a durar un mes como mucho. Ayer viernes 2 de octubre solamente el Banco Central tuvo que vender US$ 150 millones para contener la demanda del dólar, a pesar de operar en un mercado en el que cada vez hay menos gente autorizada a comprar.
El diferencial arancelario y el curro de los exportadores de aceite y harina de soja
A través de la inteligente gestión del lobby de Gustavo Idígoras, presidente de CIARA, la cámara que agrupa a los exportadores de granos y derivados, las cerealeras lograron embarcar en un engendro que se llama el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) a varios representantes del sector para tratar de lograr consensos con el gobierno peronista de CKF-AF postulando un fuerte crecimiento de la producción.
Luego de presentaciones a Cristina Kirchner y a Massa, los muchachos salieron muy contentos, y todos aplaudieron que ahora la Señora iba a apoyar al campo. Palabra aparte para CRA y FAA, que representan a los productores: no les pareció sospechoso?
Además, qué hacen los que supuestamente defienden al productor agropecuario sentados con un gobierno que lleva 13 años en guerra contra el campo, acompañado de otros sectores cuyo único interés es comprar grano barato y quieren mas retenciones? Este es el caso de la cámara de los polleros, los productores de cerdos y los del feedlot, que se suman a CIARA.
Mientras la mesa de CAA se hacía ver en los medios discutiendo un largo plazo inviable con un gobierno peronista, los exportadores de CIARA se cortaron solos y negociaron con el gobierno el intercambio de favores: te doy unos dólares ahora, y vos me das un privilegio de largo plazo.
Cómo funciona el diferencial arancelario?
El diferencial arancelario estipula que las exportaciones de harina y aceite de soja pagará una alícuota de derechos de exportación menor la que paga la exportación de los subproductos. En este caso, a partir de diciembre, ese diferencial quedará en 3% (30% versus 33%).
En la práctica, lo que significa es que los exportadores pagaran al productor el precio castigado por el 33% de robo, y venderán sumando a su margen normal un 3% adicional.
A los ojos no entrenados no parece mucho, pero en el trading de commodities un 3% a veces es el 100% de la rentabilidad de este negocio financiero de gran escala y apalancamiento. En números absolutos, ex funcionarios del campo del gobierno de Macri como Luis Miguel Etchevehere y Santiago del Solar y el periodista y analista de granos de El Rural Carlos Etchepare estiman que se trata nada mas ni nada menos que de unos 500 millones de dólares adicionales que se reparte entre ocho empresas. Etchepare comenta frecuentemente que los dueños de la cuestionada gestión de Vicentín le reconocieron que esa prebenda les permitió una rentabilidad mucho mayor con la expandieron su negocio.
Con la llegada de Etchevehere y Del Solar al Ministerio del Campo con Macri, se quitó ese diferencial, que tenía decenas de años de existencia. Ahora, por unos míseros dólares, el gobierno peronista lo vuelve a imponer. No dejaría de resultar risueño (si no estuviéramos en una situación trágica) como el dinero junta a las grandes multinacionales del cereal con el «gobierno progresista». Claro, si se juntan dos para que pague un tercero, por un momento se pueden dejar de lado las diferencias.
Vale recordar que en los principales países productores de soja del mundo, Brasil y USA, que por supuesto no tienen retenciones sino subsidios o apoyos, no se concibe un diferencial «para promover la industrialización, el valor agregado y sarasa». Tampoco en Paraguay, que es otro productor sojero en su proporción.
Cabe recordar que el diferencial arancelario para la industria ya le trajo problemas a Argentina en la Organización Mundial de Comercio, ya que es evidente una situación de dumping cuando alguien tiene la posibilidad de pescar en la pecera comprando los insumos mas baratos que su competencia.
Basterra se blanqueó comunista, feliz salida del clóset!
El Ministro Basterra emitió declaraciones durante el anuncio esta medidas del gobierno, que lo desnudan tal cual es: se imagina un mundo perfecto comunista y atrasado con gente arando con bueyes lotes de 100m2.
Aclaró que su promesa de gobierno es para mejorar la situación competitiva de la agricultura de baja escala, y no de la agricultura capitalizada.
La obsesión de Basterra es una secretaría de su ministerio: la secretaría de Agricultura Campesina, Familiar e Indígena. A esto dedica sus recursos, su tiempo y en ello quiere basar una carrera política. Que un ministro de Agricultura en Argentina, uno de los principales productores del mundo de granos con avanzada tecnología se quiera dedicar a los micro emprendimientos como si estuviera en una zona indígena del Altiplano de Bolivia es todo un despropósito.
Al Ministro Basterra le parece mal que el productor agropecuario esté «capitalizado». Es decir que en lugar de tener tractores y cosechadoras que valen cientos de miles de dólares habría que quemar todo y criar bueyes? Cambiar la sembradora directa por una asada y una pala de punta? º
Relacionado con la falta de recursos, y el odio al productor sojero, Basterra y el gobierno vienen retrasando y complicando el reintegro de las retenciones a productores de menor escala de soja, que habían prometido en Diciembre cuando asumieron, y engatuzaron a los no tan inocentes dirigentes de Federación Agraria.
La segunda promesa de reintegro se había hecho en marzo, y no pasó nada. Ahora, lo vuelven a prometer, pero meten nuevas condiciones de localización del campo. Además, cuánto valdrá el mismo importe en pesos que prometieron en diciembre de 2019 si efectivamente lo pagaran en diciembre 2020? Cómo mucho, la mitad. Medido en soja, un tercio.