La primera semana de Septiembre empieza con otro descenso de la cotización del precio de la ganadería porcina en España y el resto de Europa.
Dentro de la industria porcina europea, sólo Francia ha bajado un testimonial medio céntimo esta semana pasada, pero sigue habiendo dudas sobre lo que pueda suceder en Alemania.
En esta nueva semana también se cumple un año de la confirmación del primer foco de peste africana en Alemania y se va a cumplir un año y medio del inicio de las restricciones por la pandemia en prácticamente todo el mundo, y muy directamente en España.
Estos dos factores siguen afectando al mercado, la gripe porcina y las restricciones por el COVID 19.
La situación de los ganaderos porcinos es dramática. Tienen muchos problemas de liquidez, llevan 2-3 engordes perdiendo dinero y mucho más ahora con el encarecimiento del pienso, pero esta situación se repite también en los países más directamente relacionados con Alemania: Bélgica y Países Bajos.
Allí también la situación es muy complicada, con problemas de liquidez para los ganaderos, lo que se refleja también en unos precios europeos del lechón totalmente hundidos y sin mostrar todavía capacidad de reacción.
Con lo cual tenemos el efecto de la peste, que sigue presente sobre todo afectando directamente al norte de Europa, y tenemos la pandemia, que sigue presente, y todavía con restricciones, pues sigue penalizando los consumos de carne de cerdo.
En Dinamarca este fin de semana se han levantado ya todas las restricciones incluso el uso de mascarillas y se recupera la vida social de forma más o menos normal, con lo cual hay que esperar que los consumos de cara a la campaña invernal, sobre todo navideña, puedan mejorar.
La depresión en que sigue hundido el mercado de la cerda, que es una carne que va directamente a industria de transformación, pues hace ser prudentes en ver cualquier reacción de los consumos.
En España, el consumo cerdo en agosto fue mejor de lo que se esperaba gracias al turismo interior, pero ha sido acabar agosto y entrar en septiembre y este plus de consumo de turismo en las zonas turísticas ha desaparecido y no se ve reacción para el rellenado de los stocks del comercio en las grandes ciudades.
El precio del cerdo en China sigue deprimido
El precio del cerdo en China sigue bajando cada semana. Probablemente porque estamos jugando o enfocando la batalla desde sitios diferentes. Desde Europa se ve como un tema de precio –“hay que ser competitivos para que China vuelva a comprar”- pero probablemente en China el precio no sea un factor tan determinante.
Hay que tener en cuenta que cuando han tenido mayor déficit de carne, sus importaciones han representado un 10% más o menos de su consumo interior y lo normal es que no llegue al 5 por ciento de su consumo, con lo cual el grueso de su mercado no es la importación sino su producción interior y ésta se está recuperando claramente.
La matanza cerdos en China del primer semestre hasta julio 2021 ha vuelto a niveles de antes de la peste porcina africana, hay un elevado stock de carne congelada de importación, con lo cual parece que los chinos disponen de stock suficiente para su temporada alta de consumos que empieza ahora y dura hasta el año nuevo chino en enero 2022. Si se absorben todos estos stocks durante los próximos meses y la matanza vuelve a reducirse porque el ‘boom’ de estos últimos meses responde a anticipaciones de ganado por temor a la peste y por temor a los precios bajos, puede haber el efecto de una liquidación de cerdas a causa de estos bajos precios y las pérdidas en que ya están desde hace meses los ganaderos chinos, y ello podría llevar a menos producción en 2022.
Pero, de momento, lo cierto es que, en la guerra de China, si nosotros pensamos que es precio para ellos o su gobierno parece que es más un tema de planificación económica. Están quitando homologaciones en mataderos de Europa, en España son 7, y sigue habiendo inspecciones en curso y parece un poco que más que incidir en el precio, que también, lo que los chinos intentan es reestructurar todo su comercio y toda su producción.
Si en el medio-largo plazo parece más o menos claro que el mercado chino volverá a ser un mercado de subproductos para los exportadores, es obvio también que no necesitan tantos suministradores. Puntualmente necesitarán carne, siguen cargando carne y puntualmente necesitarán más porque siguen teniendo peste, pero como al final será un 5% de su consumo, el precio no incide tan directamente. Para los chinos, su primer objetivo no es tanto que suba el precio del cerdo en China como estabilizarlo, evitar que baje más y después evitar también subidas fuertes. ¿Por qué? Para desincentivar que entren nuevos actores y permitir estructurar el mercado interior.
Probablemente haya una liquidación de cerdas por parte de los pequeños productores, -estas granjas de traspatio de 4-5-10 cerdas, que si pierden dinero las matan y luego, si hay, y si ganan dinero, las vuelven a poner-, pero las grandes empresas, las que reconstituyeron stock de reproductoras el año pasado no van a matar las cerdas ahora antes de amortizarlas y es probable que el gobierno tenga mil maneras de darles ayudas económicas para soportar este periodo.
Lo que quieren en China es estabilizar el precio del cerdo y evitar fluctuaciones fuertes, con lo que incentivarían que las grandes empresas con más músculo financiero y capitalización aguanten en el mercado y garanticen el suministro alimentario en los años venideros y la pequeña producción, que es más fluctuante, poco a poco vaya perdiendo peso y el suministro alimentario no dependa tanto de ellos.
Va a ser el año nuevo porque anticiparon matanza y van tener menos cerdos del año que viene? Por precio, como en 2016, -el primer ‘boom’ comprador de China fue porque el precio europeo estaba muy bajo-, pero sobre todo en función de sus necesidades de planificación económica interior y mundial.
Precio del cerdo en España
De acuerdo al reporte semanal de la Lonja de Lleida, en España, el peso sigue subiendo – hace dos semanas unos 330 gramos, la semana pasada fue de casi 390gr-.
El matadero cree que ya es momento de volver a pisar el acelerador de las bajadas para recuperar margen y competitividad exterior y garantizar una matanza que absorba la oferta al alza que viene, pero el productor considera que durante el verano se hicieron los deberes y que ahora hay que seguir atemperando las bajadas. Tiene cierta lógica: en verano el precio bajó unos 30 céntimos mientras que el peso bajaba cada semana, con lo cual el ganadero defiende ahora que en las primeras de cambio el peso sube estacionalmente tampoco hay por qué hundir el mercado más de lo que se pueda pensar. Y en esas estamos, al final, más que oferta y demanda, lo que está presionando sobre el mercado son los mismos márgenes del mercado, es decir, los márgenes de los operadores. El ganadero ha de lidiar con el encarecimiento de su coste de producción -la fulminante y muy fuerte subida de los precios de los cereales en esas dos semanas famosas de agosto ahora están cediendo un poco, pero siguen en un nivel muy alto y la previsión es que se mantengan firmes al menos hasta final de año- y el matadero ha de lidiar con la gestión de sus stock de congelador, que son superiores a lo que querría. Ha de seguir congelando porque no vende más en fresco todavía y está esperando que haya una reactivación, bien sea de las ventas a China o bien sea de los consumos interiores europeos.
En conclusión, China, restricciones covid-19, stocks de congelado, el precio de los cereales al alza es lo que está definiendo el precio del cerdo en España.